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Editorial Catarata: Cuando ya creemos que está todo dicho o todo sabido 

23 octubre, 2023 0 comentarios

Editorial Catarata: Cuando ya creemos que está todo dicho o todo sabido 


Dra. Virginia Zanutigh

Durante gran parte del siglo pasado a los  pacientes con miopía, cuando venían a la consulta médica, solo les cambiábamos la graduación de sus  anteojos.

Hacia finales del mismo, ya comenzamos a poder moldear la córnea, tallado con el láser excimer como si fuera una lente de contacto. Es más, colocamos dentro del ojo, entre el iris y el cristalino, una suerte de lente de contacto (ICL).  Pero no logramos detener el avance de la miopía.

Quizás creíamos que sabíamos mucho pero nos dimos cuenta que no era así.

Estas últimas décadas hemos aprendido que la miopía es una enfermedad desde su inicio (antes a veces la llamábamos vicio de refracción), y sabemos que es progresiva.

Además, si actuamos a tiempo con diferentes tratamientos y estrategias podemos evitar el avance de la misma o incluso a veces detenerla.

La miopía genera, como todos sabemos,  estrías coroideas, glaucoma, desprendimiento de retina, maculopatía, entre otros problemas . Incluso estas enfermedades traen discapacidad visual en etapas de la vida donde aún son lo suficientemente jóvenes para estar en etapa laboral activa.   Si bien otras enfermedades como las maculopatías relacionadas con la edad o el glaucoma avanzado no miópico son muy frecuentes y traen discapacidad severa, afecta a adultos mayores en etapas ya avanzadas de la vida.

Entonces ¿cuándo debemos intervenir activamente?

Ahora sabemos que debemos intervenir lo antes posible y estar alerta en función de los antecedentes familiares de miopía que presente el paciente.

Indicaremos a veces colirios oftalmológicos, anteojos especiales y mantener un estilo de vida que intenta ser preventivo de la progresión de la miopía.

Se aconsejara principalmente aumentar sus horas de actividad física, estar al aire libre. Limitar las horas de uso de los dispositivos móviles, pantallas y evitar largas jornadas de lectura sin intervalos, así como correcta iluminación del ambiente. De modo que un simple anteojo puede ser la punta de un iceberg.

También, debemos estar alertas en los astigmatismos que pueden ser la primera manifestación de un queratocono próximo, o en algunas hipermetropías donde podemos tratarlas para modificar su curso. De modo que lo que llamábamos vicios de refracción son el comienzo de enfermedades que pueden progresar y que nosotros podemos demorar o evitar.

¿Qué nuevo rol debemos asumir ante la sociedad como oftalmólogos? Alguna de ellas serán políticas de comunicación con los padres y la población en general, con las instituciones educativas,  donde se encuentran niños en edad crítica de padecer esta enfermedad. Es fundamental que padres y  comunidad educativa  colaboren con la prevención y tratamiento de la miopía en la actividad diaria. Probablemente se diseñen escuelas con mayor luminosidad y se prioricen  espacios y actividades al aire libre que ayuden a enlentecer la progresión de enfermedades visuales.

Nuestro entorno, alimentación, descanso y estilo de vida cambia constantemente. Además pasamos muchas horas de lectura o en pantallas para aprender las destrezas y habilidades, que debemos o aspiramos lograr. Los problemas visuales así como otros sectores de nuestro organismo también tienen cambios en sus patologías y el modo en que las mismas evolucionan.

¿Cuánto más nos queda por saber para tratar y prevenir la miopía? Probablemente mucho. Pero sí debemos entender que ha habido un cambio de paradigma en cuanto a refracción se refiere.

No comprender esto sería como si los cardiólogos solamente tratan el infarto de miocardio y no intentarán evitar la enfermedad ateromatosa.

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