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Entrevista: Dr. José Geundez

11 marzo, 2022 0 comentarios

En la mente del Dr. José Geundez


Por Miguel Srur
msrura@gmail.com

El Doctor José Antonio Gegundez es Doctor en Medicina y un destacado Oftalmólogo a nivel internacional, Especialista en Córnea, Segmento Anterior, Cirugía de Catarata y Uveítis.

Actualmente es Vicesecretario Tesorero de la Sociedad Española de Oftalmología y tiene un Master en Gestión de Servicios Sanitarios.

Cuéntanos un poco de tu vida, cómo llegaste a la Oftalmología y tu afición por la música.

No tenía tradición familiar de oftalmólogos ni relación alguna con esta especialidad. En el último año de la carrera de Medicina, la oftalmología junto con la cardiología y alguna otra especialidad más, constituían mis preferencias. La decisión final la tuve que tomar al elegir la plaza de MIR en función de las vacantes disponibles en ese momento, y así elegí oftalmología en el hospital de la Princesa de Madrid.

Mi afición por la música viene desde que tenía 7 años, inicialmente en el colegio aprendí a interpretar la flauta y posteriormente en los veranos, en las fiestas y romerías de Galicia, veía como las bandas y grupos de gaiteiros tocaban la gaita, lo que me provocaba una gran atracción. Recuerdo como fue en Meira (Lugo) a esa edad, la primera vez que escuché a un grupo interpretando unas muiñeiras que hicieron que ese mágico sonido de la gaita nunca se me olvidase. En aquel momento me dije: “Tengo que llegar a tocar ese instrumento como ellos”. Y a partir de ahí me puse a estudiar y practicar y lo conseguí, bueno lo mejor que puedo, ya que es muy difícil ser buen músico y a la vez médico, porque nuestra profesión es muy absorbente.

Tú haces mucha investigación y has presentado interesantes trabajos relacionados con superficie ocular. ¿Qué nos puedes decir acerca del uso de la insulina tópica en el tratamiento de lesiones persistentes corneales?

Estamos teniendo unos resultados sorprendentes porque lo empezó hace unos años como una impresión clínica de un efecto eficaz en el cierre de los defectos epiteliales persistentes y úlceras neurotróficas, actualmente se ha transformado en evidencia científica en los dos estudios que hasta la fecha hemos publicado, especialmente en el último de ellos en “Acta Ophthalmologica”, en el que la insulina tópica que muestra unos resultados superiores frente al suero autólogo.

¿En qué otras áreas de investigación estás trabajando?

En este momento tenemos dos ensayos más en curso en relación con la eficacia y seguridad de la insulina, uno de ellos para el tratamiento de la queratitis moderada-severa por ojo seco y otro aleatorizado prospectivo comparativo entre la insulina y el suero autólogo. Además, desarrollamos líneas de investigación en otras terapias regenerativas de la superficie ocular, tratamiento de las uveítis no anteriores endógenas, inteligencia artificial en el diagnóstico de las uveítis, aplicaciones del láser de femtosegundo en cirugía corneal, y nuevas tecnologías en cirugía reconstructiva del segmento anterior. Finalmente, en colaboración con el Departamento de Farmacia del Hospital Clínico San Carlos, estamos investigando nuevos vehículos y concentraciones óptimas de la insulina para su administración vía tópica ocular.

Hace un tiempo recibiste un premio por la defensa profesional de la Oftalmología. ¿Cómo ves el futuro de los oftalmólogos siendo una realidad en que cada vez somos más dependientes de grandes corporaciones y aseguradoras de salud?

Lamentablemente no lo veo muy optimista. La medicina esta en manos de burócratas que han conseguido mercantilizar nuestra profesión a unos extremos que hacen tambalear sus principios esenciales, más relacionados con el humanismo y la evidencia científica que con la producción en cadena de consultas e intervenciones quirúrgicas, que es lo que fomentan las aseguradoras y corporaciones cuyos intereses son prioritariamente financieros. La pérdida de la independencia de los médicos para tomar decisiones junto a la carencia de verdaderos líderes que defiendan y promocionen los valores originales y auténticos de esta profesión, condicionan una situación de difícil salida en estos momentos.

¿Qué nos puedes decir acerca de las nuevas tecnologías como robótica e inteligencia artificial aplicadas a nuestra especialidad?

Cada vez se van introduciendo más aplicaciones de inteligencia artificial en diagnóstico en oftalmología y robótica en cirugía. Se está hablando mucho de la tecnificación de la Medicina y de la aplicación de la inteligencia artificial en sustitución del propio médico. Pero la Medicina no es solo una ciencia sino también un arte ejercitado por seres humanos que tienen sentimientos, a lo que se suma una “medicina basada en los afectos” y en las relaciones interpersonales peculiares que se originan entre médico y paciente.

La tecnificación hace avanzar sin duda de forma vertiginosa la Medicina, pero es únicamente complementaria del humanismo, legítimo, imprescindible e irremplazable dentro de esta profesión. Las computadoras han revolucionado el conocimiento, su capacidad para reducir la incertidumbre en el procesamiento de la información es muy superior a la mente humana, pero tienen un gran inconveniente y es que no tienen subconsciente: carecen de algo que los expertos en ciencias de la cognición denominan conocimiento tácito. Los afectos, sentimientos, signos, vivencias y experiencias manejan e individualizan tanta información, que a través de mecanismos que desconocemos interiorizamos un gran caudal de conocimiento, superior incluso al que podemos adquirir a través de la inteligencia lógico-matemática o computacional. La tecnología avanzada es hoy en día la mejor aliada del médico, pero deberemos ser cautelosos puesto que un exceso de mecanización podría deteriorar la relación médico-paciente: los médicos somos personas que tratamos también con personas y no con máquinas.

Recientemente fuiste homenajeado recibiendo el Premio “Castroviejo 2021”. ¿Qué nos puedes decir de este reconocimiento?

El Premio Castroviejo es el galardón más destacado de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) que, desde 1979, viene otorgando anualmente a oftalmólogos mayores de 40 años en reconocimiento a su trayectoria profesional, la defensa de la especialidad de la oftalmología, las contribuciones científicas y académicas a la oftalmología española, así como la identificación con la misión, valores y objetivos de la Sociedad, de la que actualmente ocupo el cargo de vicesecretario tesorero tras haber ostentado anteriormente la vocalía de Madrid. Al premio optan todos los miembros de la Sociedad mayores de 40 años. El Jurado, compuesto por los miembros de la Sociedad que ya están en posesión de este premio, elige de una terna presentada por la Junta Directiva.

Cabe recordar que el doctor Ramón Castroviejo, en cuyo honor la SEO instituyó este premio, fue una figura clave en la oftalmología española del siglo XX. De origen riojano y fallecido en Madrid en 1987, vivió en Estados Unidos donde ejerció en la Clínica Mayo y fue profesor en Columbia y Nueva York. Destacó en el campo de los trasplantes corneales y promovió la creación del Banco Español de Ojos.

Se da la circunstancia de que este mismo año la Asociación Profesional de Oftalmólogos de España (APOE) me concedió el Premio Alejandro Palomar, cuyo propósito es hacer un reconocimiento «a aquella persona o institución que haya contribuido de forma importante en su trayectoria en la defensa de nuestra profesión», con acciones tan relevantes como «la realización de la propuesta de un nuevo nomenclátor para nuestra especialidad, basado en criterios científicos que avalan su ponderación, y que puede ser la base de un cambio de paradigma en nuestra actividad a nivel profesional». Por otra parte, la Junta Directiva de APOE, que decidió otorgar el premio a este profesional por unanimidad, ha querido destacar también «su cercanía, su sensibilidad y colaboración para la resolución de conflictos que afectan a la profesión».

Todos tenemos desafíos en la vida, ¿cuáles son los tuyos?

Somos muchos los que llevamos años defendiendo la liberalización de la medicina privada, la humanización de la práctica clínica y la expulsión de los burócratas mercantilistas de nuestra profesión. ¿Cuánto tiempo más hace falta para que todos juntos dejemos de trabajar para este tipo de empresas de seguros? La medicina necesita de verdaderos líderes que defiendan la esencia de los principios humanistas y liberales que rigen su ejercicio, entre los que no se encuentra prestar servicios a terceros bajo estas condiciones grotescas y denigrantes. Nos ha costado mucho esfuerzo y sacrificio llegar hasta donde lo hemos hecho – dirigir los designios de la salud de las personas, ahí es nada – para que ahora otros vengan a aprovecharse de nuestro trabajo. Para forzar a las administraciones sanitarias para conseguir estos objetivos es fundamental agruparse en asociaciones profesionales, colegios y sindicatos.

Hay muchos oftalmólogos jóvenes que están empezando su carrera profesional. ¿Qué les puedes aconsejar a ellos?

Que no se olviden nunca de cuáles son los verdaderos principios esenciales de esta digna y noble profesión que han elegido: para ello debemos conceder prioridad a la calidad percibida y a los valores hipocráticos tradicionales y más humanistas de la profesión, no sólo a la calidad científico-técnica y a los conocimientos que, a priori, se le presuponen a un médico. El querer y poder escuchar a los pacientes, mostrarles la máxima accesibilidad y cercanía en el trato, facilitarles la información clínica de una manera comprensiva, la percepción de la figura del médico como un aliado que puede solucionar o aplacar los problemas, en definitiva, el tratar a las personas originando un clima de confianza y seguridad, es lo que mayor tranquilidad y satisfacción suscita a los pacientes. Y a la inversa, no hay mayor satisfacción para un médico que obtener el reconocimiento de sus pacientes.

Y por otro lado que desde el comienzo del ejercicio de su profesión se agrupen, afilien, asocien a confederaciones, sociedades, colegios o asociaciones profesionales. Es necesario devolver a la medicina su condición de profesión liberal, indispensable para establecer una auténtica relación “médico-paciente” que garantice la consecución de los principios básicos que rigen esta profesión: ciencia, tecnología, arte, afectos… Son necesarios líderes médicos con formación que desplacen a los burócratas mercantilistas que han invadido la Medicina y actualmente controlan su gestión, y que llevan décadas priorizando la “cantidad”, la productividad y los beneficios económicos, sobre la calidad y el humanismo.

José Antonio Gegúndez Fernández

Madrid, noviembre de 2021

 

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