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¿Crisis de la medicina basada en la evidencia o crisis de la sanidad?

6 noviembre, 2020 0 comentarios

¿Crisis de la medicina basada en la evidencia o crisis de la sanidad?


Dr. Joaquín Fernández – España

joaquinfernandezoft@Qvision.es

Resumen:
Las deficiencias en la creación, divulgación e implementación de la investigación médica de las que hemos sido testigos en ciertas ocasiones y que pueden llevarnos a una profunda preocupación sobre cómo podrían repercutir en los resultados de salud que nuestra sanidad genera en nuestros pacientes, no debe menoscabar nuestra inequívoca voluntad de implementar los valores de la medicina basada en la evidencia en nuestra práctica clínica sino, muy al contrario, debemos convertirnos en firmes defensores de su rigor metodológico y en impenitentes críticos de los motivos que pudieran quebrar su confiabilidad.


Como profesionales de la salud, nuestra máxima aspiración debe ser incrementar el valor-salud de nuestros pacientes ayudándoles a tomar las decisiones más adecuadas a cada problema de salud; pero para que podamos realizar una correcta toma de decisiones compartida, se requiere que tanto médicos como pacientes identifiquemos e integremos la evidencia más relevante.
Sin embargo, son numerosas las editoriales en literatura científica que reflexionan de una manera cada vez más insistente sobre el hecho de que la atención sanitaria a los pacientes pudiera estar viéndose afectada por serios defectos en la creación, divulgación e implementación de la investigación médica. En la editorial de BMJ “El manifiesto de la medicina basada en la evidencia por una mejora de la sanidad” los autores describieron hasta 20 motivos por los que incrementar la calidad de la evidencia para mejorar el valor-salud que reportamos a nuestros pacientes y formulaban una serie de propuestas para corregirlo.1

Pero, ¿cómo podríamos generar una evidencia más confiable para mejorar los resultados en salud de nuestros pacientes?:

1. Informar e involucrar a pacientes en el diseño de la investigación:

Cada vez está más claro que las decisiones sobre cómo utilizar la evidencia en la práctica clínica deben incluir e informar a los pacientes: uno de los principios fundadores de la medicina basada en la evidencia. Además, la investigación informada e involucrando a los pacientes y al público es más probable que sea relevante. Explícitamente, debemos comprender mejor el papel de la investigación realizada en pacientes en comparación con la investigación realizada con y para los pacientes.

2. Aumentar el uso sistemático de la evidencia existente:

La síntesis de la evidencia ha sido esencial para informar y respaldar la toma de decisiones en el cuidado de la salud. El uso de revisiones sistemáticas tiene varias ventajas: el respaldo de la incorporación de nuevas tecnologías sanitarias que demuestren una mejora de la eficacia, sin que causen daños innecesarios o malgasto de los escasos recursos económicos. Las revisiones sistemáticas también reducen el riesgo de desperdiciar recursos valiosos en nuevas investigaciones, cuando las respuestas a las preguntas de investigación ya podrían existir.

3. Hacer que la investigación sea relevante, replicable y accesible:

La investigación que les importa a los pacientes debe ser la clínicamente relevante. Por lo tanto, tiene sentido que los pacientes sean esenciales para desarrollar investigaciones relevantes y accesibles. La replicación de los resultados de los ensayos clínicos es importante para garantizar que los resultados sean confiables y válidos. Además, una gran cantidad de hallazgos de investigación se desperdician si son inaccesibles o se comunican de manera deficiente a los usuarios finales.

4. Reducir las prácticas de investigación cuestionables y los conflictos de intereses:

Demasiada investigación está plagada de sesgos que están enraizados en métodos deficientes, lo que lleva a resultados y conclusiones erróneos y evita la adopción en la práctica. Hacemos ensayos para detectar diferencias modestas y gastar grandes cantidades de dinero específicamente para excluir el sesgo, pero permitimos que el sesgo vuelva a fluir a través de prácticas de investigación cuestionables, como la publicación selectiva. Esto decepciona a los participantes, engaña a los pacientes y al público, y desperdicia dinero.

5. Asegurar que la regulación de medicamentos y dispositivos médicos sea robusta, transparente e independiente:

Para permitir evaluaciones sólidas por parte de las agencias reguladoras, como la FDA y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), se requiere evidencia de alta calidad. Sin embargo, una cantidad sustancial de medicamentos aprobados presenta problemas importantes que podrían haberse descubierto y abordado en el momento de la aprobación. Para acelerar la adopción de nuevos medicamentos en la práctica, existe una presión creciente para reducir la carga de la evidencia requerida para la aprobación, lo que pone a los pacientes en un riesgo innecesario. Sin embargo, necesitamos un sistema que ofrezca la oportunidad mientras se producen pruebas de alta calidad con resultados que importan a los pacientes, en el momento de la aprobación y en la fase posterior a la comercialización, para garantizar que los medicamentos seguros y efectivos tengan acceso al mercado.

6. Producir mejores guías clínicas:

Las guías clínicas han proliferado, sin embargo, a menudo se contradicen entre sí y contienen poca información sobre la implementación para el individuo. El desarrollo de la guía clínica debe ser un proceso completamente transparente, que muestre quién hizo la guía, por qué estuvieron involucrados, con qué evidencia y por qué se alcanzaron las recomendaciones.

7. Apoyar la innovación, la mejora de la calidad y la seguridad mediante un mejor uso de los datos del mundo real:

El uso de datos del mundo real tiene el potencial de mejorar la salud, pero también puede empeorarla si se utiliza de forma incorrecta. Las decisiones informadas requieren una variedad de pruebas, para informar su incorporación a la práctica clínica. Por lo tanto, necesitamos un mejor uso y comprensión del papel de la investigación cualitativa, observacional y cuantitativa para informar aquellas decisiones que realmente importan.

8. Educar a los profesionales, los responsables políticos y a la población en la medicina basada en la evidencia:

Todos los investigadores, editores y periodistas tienen un papel en la comunicación de evidencia al público. La evidencia puede ser malinterpretada, exagerada e inexacta. Tal práctica puede dar lugar a falsas esperanzas o daños. Por lo tanto, la investigación de alta calidad e importante debe ser comprensible e informativa para una gran audiencia. Para hacer juicios justos e informados sobre el valor y la relevancia de la evidencia, las personas deben tener acceso a la investigación y tener las habilidades para tomar decisiones informadas que respalden su propia salud.

9. Alentar a la próxima generación de líderes en la medicina basada en la evidencia:

Para generar una sanidad orientada al incremento del valor-salud de los ciudadanos, necesitamos una generación de líderes médicos, gestores y formuladores de políticas con habilidades, competencias y una voluntad inequívoca de evaluar y aplicar la evidencia más confiable a la atención de los pacientes.


Referencias

1. Heneghan C, Mahtani KR, Goldacre B, God- lee F, Macdonald H, Jarvies D. Evidence ba- sed medicine manifesto for better healthca- re. BMJ. 2017;357:j2973. Published 2017 Jun 20. doi:10.1136/bmj.j2973

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