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Editorial Proflaxis de la infección ocular tras cirugía de cataratas Dra. Ana Luisa HöflingLima

22 diciembre, 2016 0 comentarios

Profilaxis de la infección
ocular tras cirugía de cataratas


La infección después de una cirugía de cataratas es siempre una situación muy delicada para todos los involucrados.

Se sabe que la incidencia de infección en este tipo de cirugía es relativamente rara y que su gran variabilidad depende de la región geográfica y el centro oftalmológico en cuestión.

El uso de la solución tópica de yodopovidona antes de la intervención quirúrgica ha sido objeto de muchos estudios. En esta aplicación lo que se pretende es modificar la microbiota de la conjuntiva y los párpados, y, según los resultados obtenidos, la protección que brinda a los ojos contra la contaminación es significativa.

Hay dos situaciones distintas de infección tras cirugías de cataratas que son de amplio conocimiento: la contaminación con la microbiota de la conjuntiva y el párpado del propio paciente, que da lugar a casos de infecciones aisladas, y la posibilidad de brotes de infección por contaminación de medicamentos, materiales o instrumentos utilizados en la intervención.

Por la tendencia de realizar numerosas intervenciones quirúrgicas una tras otra, la posibilidad de brotes de infección es real. Se sabe que, en la investigación de un brote de infección, la trazabilidad de los controles relacionados con las compras de materiales y medicamentos, así como los de esterilización, puede ser bastante difícil. Esta dificultad explica por qué la investigación de las posibles causas de muchos brotes no es concluyente[1].

Por ser una situación poco frecuente, el volumen de estudios prospectivos que se requieren para demostrar la necesidad de antibióticos profilácticos y disminuir el número de casos de infección suele ser muy grande y de difícil patrocinio.

El metaanálisis de publicaciones sobre el tema relacionado con la profilaxis hace posible la evaluación de varios procedimientos diagnósticos y terapéuticos.

Desde hace varios años se infiere que el uso de antibiótico tópico antes y después de la cirugía traería un beneficio directo en la reducción del número de casos de infección. Esta afirmación nunca fue evaluada, y varios estudios al respecto de este tema abordados por medio de la metodología de metaanálisis no han podido demostrar que solo el antibiótico tópico profiláctico pre- y posquirúrgico sea capaz de modificar significativamente la incidencia de endoftalmitis.

Respecto a la antibioticoterapia tópica preoperatoria, los debates siempre giraron en torno de la mejor dosis e intervalo de administración de antibióticos tópicos con el fin de lograr una concentración mínima inhibitoria intracamerular adecuada al comienzo de la cirugía. Además del esquema de antibioticoterapia tópica posoperatoria, siempre hubo un empeño en lograr concentraciones intracamerulares adecuadas durante días tras la intervención oftálmica, también mediante su penetración a través de la córnea.

Los antibióticos tópicos más investigados fueron las quinolonas de cuarta generación –la moxifloxacina y la gatifloxacina–, porque éstas son capaces de alcanzar concentraciones intraoculares más altas después del uso tópico de quinolonas de segunda generación, o aminoglucósidos. También se sabe que las quinolonas de cuarta generación presentan mejor actividad antibacteriana contra cocos grampositivos. También se sabe que los cocos grampositivos son los agentes más frecuentes en casos definitivos de endoftalmitis.

El uso de antibiótico intracamerular al final de la cirugía evaluado por el grupo europeo de endoftalmitis gana cada vez más adeptos. Este grupo utilizó cefuroxima como antibiótico intraocular profiláctico. Una revisión sobre el tema publicada en el año 2015 reúne pruebas significativas de que esta vía de administración puede cambiar la frecuencia de la endoftalmitis en el posoperatorio de cataratas. Otro editorial de la Academia Americana de Oftalmología aborda la necesidad de un cambio global en el uso de antibióticos en la cámara anterior al final de la intervención quirúrgica de cataratas.

Otra inquietud respecto al tema se refiere a la elección de la clase de antibióticos inyectables, puesto que la mayoría de los países no dispone de preparados específicos de antibióticos de una única aplicación intraocular. Las desventajas de la dilución y el fraccionamiento realizados por el equipo quirúrgico también son materia de deliberaciones.
Lo más investigado ha sido el uso de dos cefalosporinas: en Europa, la cefuroxima es la más utilizada porque presenta mayor probabilidad de aislar cocos grampositivos. En locales donde predominan las bacterias gramnegativas, la ceftazidima es uno de los fármacos recomendados, así como las quinolonas.

En São Paulo, Brasil, tenemos situaciones de cultivos positivos en casos aislados de infección por cocos grampositivos. Se identificaron varios brotes con aislamientos de Pseudomonas aeruginosa multisensible que causan problemas gravísimos, con múltiples evisceraciones y pérdida total de visión.

Creemos que la mejor receta para los agentes identificados en nuestro medio (São Paulo, Brasil) sería la moxifloxacina en una concentración de 0,5 microgramos en 0,1 ml. La presentación de este fármaco intravenoso, que en Brasil ya viene diluido, permite el fraccionamiento de apenas 0,16 microgramos en 0,1 ml. Así que se necesitaría un volumen de casi 0,3 ml en la cámara anterior al final de cada procedimiento.

No sabemos si, en casos de brote con contaminación de varios pacientes, la infección podría resolverse con la inyección de antibiótico profiláctico.

Las fluoroquinolonas de cuarta generación también pueden administrarse por vía oral o intravenosa y alcanzan concentraciones en la cavidad vítrea que pueden ser adecuadas para tratar procesos infecciosos causados por bacterias susceptibles.

Conclusiones

Los antibióticos tópicos profilácticos pueden usarse antes y después de la intervención quirúrgica, pero solamente con esta intervención no contamos con la misma garantía de una profilaxis eficaz, como la inyección intracamerular de antibióticos.

Es importante elegir el antibiótico intracamerular que satisfaga las necesidades de la comunidad en la región geográfica de estudio y tener en cuenta el perfil de sensibilidad para cada agente etiológico.

  1. Guerra R, BP F, Parcero C, Maia Júnior O, Marback R: An outbreak of forty five cases of Pseudomonas aeruginosa acute endophthalmitis after phacoemulsification. Arquivos Brasileiros de Oftalmologia 2012, 75:75-78.
  2. Schwartz SG, Grzybowski A, Flynn HW, Jr.: Antibiotic prophylaxis: different practice patterns within and outside the United States. Clin Ophthalmol 2016, 10:251-256.
  3. Meyer JJ, Polkinghorne P, McGhee CN: Cataract surgery practices and endophthalmitis prophylaxis by New Zealand Ophthalmologists. Clin Experiment Ophthalmol 2016.
  4. Javitt JC: Intracameral Antibiotics Reduce the Risk of Endophthalmitis after Cataract Surgery: Does the Preponderance of the Evidence Mandate a Global Change in Practice? Ophthalmology 2016, 123(2):226-231.
  5. Hariprasad SM, Mieler WF: Antibiotics. Dev Ophthalmol 2016, 55:344-356.
  6. Sharma T, Manjunath M, M GK, Musmade B: Aqueous penetration of orally and topically administered moxifloxacin. British Journal of Ophthalmology 2015, 99:1182-1185.

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