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Debo reconocerme como un admirador incondicional de la obra de George A. Romero.

26 abril, 2021 0 comentarios
Dr. Juan Mura

Debo reconocerme como un admirador incondicional de la obra de George A. Romero.


Dr. Juan Mura

Por: Dr. Juan Mura

jmurac@gmail.com

Mi primer acercamiento al cine de zombis, y con ello a la obra de Romero, fue por su renovada capacidad de producir miedo. “Nigth of the Living Dead” (1968) irrumpe en un género bastante disminuido en su pretensión de asustar al compararlo con el mundo real. Los vampiros, momias y hombres lobos que cuando niño no me dejaban dormir con las luces apagadas, llegaron a provocar sólo sonrisas en algún momento, “The Munsters” (1964), “The Addams Family” (1964), el género estaba agotado. Los zombis llegan para encarnar una posibilidad de catástrofe apocalíptica (tal como podría ser un terremoto, un asteroide o una pandemia de coronavirus) que enfrenta a los seres humanos a situaciones extremas y hace surgir en ellos lo mejor y lo peor, y eso finalmente es lo que produce miedo. En palabras del propio Romero1 los villanos en sus películas “son siempre los vivos, no los muertos”.

La popularidad de los zombis y el catastrófico escenario que su diseminación representa para la sobrevivencia de la raza humana ha llevado a las más serias instituciones a utilizarlo como uno posible, diseñando estrategias para enfrentarlo. Dos ejemplos: en Mayo del 2011 el Almirant Ali S. Khan (MD, MPH), quien es el Cirujano General Asistente del CDC (Center for Disease Control and Prevention), máxima autoridad en Salud Pública frente a Emergencias en EE.UU y referente mundial en Emergencias Biológicas, publicó 2 en la página oficial de la CDC, cuales debieran ser las medidas frente a una “Apocalipsis Zombi”. En Inglaterra existe un plan de contingencia3 frente a una “Pandemia Zombie”, que ha provocado críticas por “ser una pérdida de tiempo que le cuesta dinero al contribuyente.”. Por supuesto no se plantea como algo que realmente pudiera ocurrir (los muertos levantándose de sus tumbas), pero utilizando su penetración en la cultura pop (juegos, películas, series de televisión, comics) hace más cercano al común de la gente la preparación frente a una emergencia cualquiera.

Luego, o casi al unísono, se produjo un segundo acercamiento por su estética, por su estilo. Romero es el creador de un sub-género que tiene sus propios códigos, desarrollados por él y repetido por una serie de directores. A diferencia de lo que se podría creer, Romero se basa en la novela “I am legend” de Richard Matheson1,5 (1954) y su trabajo no surge como continuación o desarrollo a partir de experiencias previas como “White Zombie” (1932) o “I walked with a Zombie” (1943); al igual que en la novela nos enfrentamos a una plaga apocalíptica que está a punto de eliminar a la raza humana, pero los monstruos de Romero no son vampiros, son una idea original. “George Romero creó a los zombis4, él hizo las reglas, dispararles en la cabeza, si te muerden quedas infectado, los muertos regresando a la vida, George hizo todo eso». Incluso en un comienzo hablaba de “ghouls” (necrófagos), sólo a partir de “Dawn of the Dead” (1978) se comenzó a hablar de zombis. Pero los zombis de Romero tienen características propias, se alejan del vudú haitiano y del trabajo de esclavos africanos resucitados y sin voluntad en las plantaciones de caña de azúcar, para transformarse en caníbales con urgencia por carne humana, lentos y torpes pero al mismo tiempo poderosos y temibles al alcanzar grandes números y carecer del miedo que siembra dudas en nosotros los vivos. A pesar de lo rico del mito creado, se podría decir que los zombis de Romero nunca son los protagonistas y sólo plantean límites a los conflictos que enfrentan los personajes, son una restricción, pero no el problema que se quiere reflejar en pantalla. Incluso el miedo es provocado más por los ángulos usados por la cámara, atacando a los personajes desde abajo o desde arriba; por la iluminación sistemática de sólo parte de los rostros o por el uso del silencio que permite identificar en forma permanente el gruñir de los zombis como fondo más que por el ejército de no muertos en sí mismo.

Esto me lleva al tercer acercamiento, sin duda el más interesante e intenso. La crítica directa a variados aspectos de la sociedad actual. En “Night of the Living Dead”, dentro del descontrol provocado por la irrupción de hordas hambrientas de zombis se mostraba a Ben, el protagonista afroamericano, abofeteando a Barbara (mal escrito en los créditos como Barbra), una joven blanca; dando órdenes, golpeando y finalmente disparando a Harry, un hombre blanco de mediana edad y tomando las decisiones concernientes a la supervivencia del grupo, esto en el contexto de una época llena de conflictos raciales (la película se estrenó sólo 6 meses después del asesinato de Martin Luther King), fue sin duda chocante para la audiencia blanca en muchos lugares y la película fue censurada en algunos estados del sur. La muerte de Ben al día siguiente, al ser confundido descuidada y rápidamente con un zombi por parte de un grupo de vigilantes blancos, luego de haber sido el único sobreviviente del horror, sumado a la secuencia de fotos de periódicos pixelados mostrando imágenes de policías y civiles manipulando cuerpos al final de la película, se parecen demasiado a las imágenes de violencia racial que ocupaban los titulares en esa época.

Si bien Romero en varias entrevistas insiste en que la elección del protagonista se debió solamente a que fue el que mejor audicionó, parecen demasiadas coincidencias (si fuera cierto nunca deberíamos volver a menospreciar el valor del azar).
En “Dawn of the Dead” la crítica a los conflictos raciales se mantiene, la secuencia inicial en el ghetto es cruenta, gráfica y si bien está acompañada por la presencia de zombis, el prejuicio hacia la comunidad latina y afroamericana se toma la pantalla. Pero el centro del mensaje de la película es hacia la sociedad de consumo; los personajes se dedican a hacer shopping en el preciso momento en que el mundo como lo conocemos se está terminando, los zombis ocupan y recorren los pasillos del centro comercial tal como lo hicieron en vida, dejando entrever la importancia de comprar/consumir en los restos de memoria de los no muertos. Los conflictos y desencuentros vuelven a ser de los vivos, los villanos siguen siendo los humanos como en todas las películas de Romero. El gore y los zombis se entregan en el entorno que propicia su ocurrencia.

La obra de Romero es apasionante desde muchos aspectos, yo me referí a los tres mezquinos.

Rescato para terminar otra de sus frases: “La fantasía es un medio para las metáforas […] y dado que estoy atascado en este género, intento buscar nuevas formas de utilizarlo. Para al menos expresar alguna opinión o satirizar cosas y divertirme”.

Sin duda lo ha logrado….


Referencias.
1. Applebaum, Stephen (2005). «Interview George A. Romero» (en inglés). BBC.
2. https://blogs.cdc.gov/publichealthmatters/2011/05/preparedness-101-zombie-apocalypse/
3. http://www.huffingtonpost. com/2012/12/26/britain-zombie-apocalypse-plans-freedom-of-information_n_2365905.html
4. Los directores Clive Barker, Eli Roth, Guillermo del Toro, entre otros, le rinden tributo a George A. Romero y sus zombis”. «George A. Romero Tribute Reel» (en inglés). Spike.com. 20 de junio de 2005. http:/ www.spike.com/video-clips/8g847d/landof-the-dead-george-a-romero-tribute-reel
5. Ozzy Inguanzo, Zombies on Film: The Definitive Story of Undead Cinema (2014)

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