Apnea del sueño
El sueño de calidad y cantidad es una necesidad fundamental para el ser humano. Es vital para la salud, tanto que casi pasamos una tercera parte de la vida durmiendo. El sueño no es solo descanso, sino que es un estado activo donde el organismo renueva su salud física y mental, esencial para la memoria y múltiples regulaciones metabólicas complejas.
El síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) es un trastorno común que se produce por la oclusión intermitente y repetitiva de la vía aérea superior durante el sueño, originando una interrupción (pausa) completa (apnea) o parcial (hipopnea) del flujo de oxígeno.
Las pausas pueden variar en duración, entre pocos segundos y varios minutos. Ahora la definición de apnea comprende que debe ser más de 10 segundos y muchas veces puede tener entre 30 o más pausas por hora.
Hay muchos signos y síntomas de SAOS. El más común es el ronquido, pero no todos los que roncan la tienen. Además de los ronquidos, otros signos y síntomas son:
- Mucho cansancio durante el día, quedarse dormido fácil donde quiera;
- Sensación de falta de aliento sobre todo durante la noche, que a veces lo despierta;
- No poder dormirse, o no poder permanecer dormido toda la noche (insomnio);
- Irritabilidad, falta de concentración, amnesia;
- Cefaleas al despertarse, o con la boca seca o dolor de garganta;
- Ser despertado por la pareja por haber dejado de respirar;
- Orinar muchas veces durante la noche.
A pesar de los síntomas y signos, la mayoría de las personas que la sufren no saben que la tienen y suele ser primero notada por un familiar que duerme en la misma cama con la persona afectada.
La falta de sueño no solo afecta el nivel de energía del individuo, sino también el metabolismo, y su estado psíquico y mental.
Hay varios tipos, la más común es la apnea obstructiva del sueño, por oclusión de la vía respiratoria, casi siempre porque las partes blandas de la garganta se desplazan hacia atrás y ocluyen la vía. Es más frecuente en personas con sobrepeso, pero puede afectar a cualquiera. Los niños pequeños que tienen las amígdalas inflamadas pueden tener apnea obstructiva del sueño.
También está la apnea del sueño central, en la que el cerebro deja de enviar señales apropiadas a músculos que controlan la respiración, por lo que dejan de funcionar, interrumpiéndola. Por lo general, en esta forma no se producen ronquidos; un tercer tipo, la apnea de sueño mixta, comienza como apnea central y con el tiempo acaba con un componente obstructivo.
El diagnóstico definitivo es mediante la polisomnografía, un estudio del sueño donde se registran con monitores especiales de corazón, oximetría y videos los episodios de pausas de la respiración.
La apnea del sueño es un problema crónico de salud que requiere un tratamiento a largo plazo y usualmente un equipo multidisciplinario, que incluye cambios en el estilo de vida, perder el exceso de peso, dormir de lado o boca abajo, evitar el alcohol y fármacos con efecto sedante, usar dispositivos bucales, dispositivos respiratorios CPAP (presión positiva constante), cirugía, entre otros.
La apnea del sueño no identificada o que no recibe tratamiento puede aumentar el riesgo de presión arterial alta, ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, obesidad, diabetes, más riesgo o empeorar insuficiencia cardíaca, aumentar probabilidades de arritmia y probabilidades de accidentes automovilísticos o de trabajo. A nivel ocular se asocia con el síndrome del párpado flácido que tiene como características: ptosis de las pestañas, párpados superiores flácidos o laxos, muy distensibles, que se pueden evertir fácilmente y separar del globo ocular. También pueden presentar conjuntivitis papilar crónica tarsal superior, alteraciones corneales en un 71 % de los casos y también disfunción de las glándulas de Meibomio.
Constituye no solo un problema individual, sino de salud pública, por su gran incidencia en la población y sus importantes repercusiones en múltiples esferas de la vida del individuo.
Victor Atallah VEA @vicatallah